¿PORQUÉ PEDIATRÍA?

pediatría

En 2016, después de dos años durísimos de tratamientos de reproducción asistida, por fin, nació mi primer hijo. Mi mundo cambió y la visión de mi profesión también.

Cuando mi peque tenía dos meses acudí al primer curso de podología infantil. Me fui con mi sacaleches y mi marido vino al mediodía. Intercambio de tarros de leche, un poquito de pecho, unos achuchones, unas lagrimillas y así todo el fin de semana.

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En 2016, después de dos años durísimos de tratamientos de reproducción asistida, por fin, nació mi primer hijo. Mi mundo cambió y la visión de mi profesión también.

Cuando mi peque tenía dos meses acudí al primer curso de podología infantil. Me fui con mi sacaleches y mi marido vino al mediodía. Intercambio de tarros de leche, un poquito de pecho, unos achuchones, unas lagrimillas y así todo el fin de semana.

Fue durillo, pero este fin de semana, fue el que hizo que mi vida laboral cambiara para siempre. Hizo que me autodescubriera y que tuviera la certeza de que la podología me gustaba, pero la podología pediátrica, me apasionaba.

Me empecé a formar, y hasta el día de hoy en el que soy especialista en podología pediátrica y calzado infantil.

Fue durillo, pero este fin de semana, fue el que hizo que mi vida laboral cambiara para siempre. Hizo que me autodescubriera y que tuviera la certeza de que la podología me gustaba, pero la podología pediátrica, me apasionaba.

Me empecé a formar, y hasta el día de hoy en el que soy especialista en podología pediátrica y calzado infantil.